Ellos.

Llega un momento en nuestras vidas en que tenemos que cambiar de camino, que sabes que tienes que cambiar de ruta, por mucho que quieras ese gran trayecto que has seguido se acaba, y tienes que torcer y eso lleva a alejarte de los que más quieres, con una idea de que seguramente dentro de unos meses ya nada será igual, porque ya no habrá paseos de vuelta al colegio, ni un: me he quedado dormida, ahora os alcanzo, ni una ensaimada como bizcocho para empezar bien el cumpleaños, porque ya no estaremos horas en el parque, ni nos llamaremos para decirnos mierdas, ya no hablaremos de lo que hicimos en el colegio, ni cotillearemos sobre la gente, ya no tendremos las mismas amistades, ya no conoceremos la misma gente, ya no iremos al mismo colegio, ya no tendremos que elegir las mismas cosas, ya no nos tendremos hay para todo y aún sabiendo eso tienes que elegir, porque elijas lo que elijas, sabes que los perderás, que ya nada va a ser lo mismo, ¿conocerás a nueva gente? Claro que si, pero nada se compara con todo lo que has vivido con ellos, porque aunque cuando los veas por la calle seguramente os saludaréis con un hola y un adiós y en ese momento recordaré todo lo que vivimos, lo gran amigos que fuimos, todas las cosas que nos contamos, porque seguramente los perderé pero eso no significa que queden sellados en mi corazón para siempre porque a los amigos verdaderos no se les olvida, porque espero que sigáis conmigo un año más, y veinte y treinta y hasta mi fin, porque perderos sería el fin de mi vida, sería el fin de mi felicidad.